Sin comunidad no hay permanencia

Llevo días dándole vueltas sobre como plasmar una idea que me ronda la cabeza y hoy he decidido que no voy a demorarlo más, a ver si lo consigo. Aunque suene raro, necesito explicar primero el concepto de comunidad persistente y como se llega a ella
Stuart Pimm, profesor de ecología y conservación en la universidad de Duke describió en Hawaii dos tipos de ecosistemas diferenciados, dos mundos ecológicos separados: Las llamadas tierras altas, con especies estables y más antiguas, y las tierras bajas, con muchas más variedad pero mucho más vulnerables. Efectivamente, las primeras son las que llamó comunidades persistentes. Aunque, lo interesante no radica aquí…
Foto por Ailen – http://goo.gl/XbjIh
Mediante modelos informáticos de laboratorio, Stuart Pimm estudió cómo se comportaban las especies y sus mecanismos de interacción, buscando cómo y cuándo aparecían las comunidades persistentes. Observó que: Cualquier especie era candidata idónea y podía formar parte de la comunidad estable pero no todas lo conseguían, durante el proceso de estabilización algunas especies quedaban relegadas a un segundo plano y desaparecían. Sin embargo, tampoco esto es lo que más me llamó la atención… 
Lo que realmente me impactó fue que, tomando las especies que habían formado una comunidad estable y comenzando de nuevo el proceso unicamente con ellas, no se volvía a dar la misma estabilidad, era imposible recomponer la estructura del sistema.

En definitiva, una comunidad persistente es un sistema maduro, estable y optimizado en la utilización de recursos, no obstante se necesitaba de la interacción entre todas las especies iniciales para que solo algunas lograsen estabilidad.
¿En qué me hace pensar todo esto? Sobretodo en el tejido empresarial, en el número de pymes que surgen y desaparecen y en la estructura de la comunidad creada a lo largo de los años, con empresas sólidas y empresas que no alcanzaron el equilibrio, pero que fueron esenciales por su interacción con el sistema.
Las interacciones y aún diría más, las colaboraciones se hacen imprescindibles en un momento en el que las empresas de las tierras altas se ven inestables y, las que formamos parte de las tierras bajas, buscamos permanencia y queremos interactuar.
http://www.flickr.com/photos/25915740@N03/
Desde un punto de vista lógico se ha de buscar el mayor beneficio y mejores condiciones para la empresa, sin embargo, seguimos necesitando de manera vital que aparezcan nuevos emprendedores, ideas y aportes, es esencial que se establezcan sistemas de colaboración entre empresas y personas, que aparezcan sinergias y se creen nuevos ecosistemas.

Lo mejor para una empresa es rodearse de una red que nos aporte lo que se ha llamado homeostasis o estabilidad. 

Partir con la idea de que puedes ser una de las empresas que desaparezcan en el proceso no es alentador, pero querer formar parte de la comunidad persistente sin contar con nadie no tiene futuro. Se necesita de la interacción de todas las empresas para que solo algunas logren estabilidad.

«La propiedad global de la persistencia, surgiendo de la interacción entre especies y sin especies particularmente especiales. Si, es un maravilloso ejemplo de propiedad emergente.»

2 comentarios sobre “Sin comunidad no hay permanencia

  1. María José G.C.

    Desde mi punto de vista, has plasmado muy bien la idea. Me ha encantado este artículo y la forma de expresarlo. Enhorabuena!

  2. Emilio Solís

    Hola María José, me alegra que te haya gustado la idea!! Intentaré aportar más cosillas desde este enfoque!
    Un saludo y mil gracias por tu comentario!

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